Los colores pueden tener gran impacto en nuestra mente, en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu y la cromoterapia nos ayuda a encontrar ese equilibrio. ¿Alguna vez has notado estar lleno de energía, optimismo y felicidad gracias a un día claro y con cielo azul brillante? Esto es porque existe una respuesta hormonal satisfactoria cuando nos exponemos a la luz solar.
Sin embargo, es algo más que la luz solar lo que produce todos estos cambios hormonales. En concreto, son los colores que genera la luz. En verdad, la luz es una mezcla de siete colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. Cada uno de estos siete colores desencadena una reacción hormonal diferente en nuestro cuerpo y cada color juega un papel importante en nuestro bienestar y en nuestra salud.
Desde hace unos años, muchas saunas añaden a su efecto reconfortante la técnica de la cromoterapia. La mayoría de ellas están equipadas con al menos seis colores que puedes seleccionar. Esto permite a los usuarios elegir diferentes colores según el estado de ánimo en el que se encuentren o elegir entre diferentes arcos de colores.
Durante siglos, el color ha sido un tratamiento eficaz para problemas físicos, espirituales, emocionales y mentales. En el Antiguo Egipto existían templos curativos en base a la luz y el color, donde colocaban paneles de cristal coloreados para inundar al paciente con los rayos del sol que proyectaba. En los hospitales de todo el mundo, diferentes estudios han concluido que la luz tiene efectos terapéuticos curativos sobre el dolor crónico, la depresión y los desórdenes del sistema inmune. Por ejemplo, las propiedades curativas de la luz azul han sido muy eficaces para tratar la artritis reumatoide y para curar tejido lesionado.
En definitiva, el uso de la terapia de la luz para la curación es una alternativa no invasiva que puede ser muy beneficiosa si se combina con otros métodos de curación. Asimismo, se ha demostrado que es totalmente segura tanto para niños como adultos e incluso para animales.