El uso terapéutico de las ventosas no es exclusivo de la Medicina China, y hay constancia de que fueron también utilizadas por los egipcios, griegos y árabes, así como en Europa durante la Edad Media, y se encuentran también entre la curación tradicional de los aborígenes de las Islas Canarias. Hoy en día, siguen siendo utilizadas ampliamente en la mayoría de medicinas tradicionales orientales. A lo largo de la historia se han utilizado muchos tipos de ventosas: bambú, arcilla, vidrio, bronce, cerámica
La succión producida por la ventosa provoca un aumento de la irrigación sanguínea en la zona, estimulando la circulación sanguínea y linfática, así como el metabolismo celular (aporta nutrientes y oxígeno), activando el sistema inmunitario (aporta leucocitos a los tejidos), y desencadenando un proceso depurativo (eliminación de toxinas).
Desde el punto de vista de la MTC, las ventosas se utilizan para restaurar el flujo de Qi y Sangre cuando estos están estancados u obstruidos, así como para eliminar excesos. En este último sentido, se utilizan especialmente cuando hay dolor causado por un “factor patógeno externo” (Viento, Frío y/o Humedad). Pueden utilizarse de manera estática sobre puntos concretos, o dinámicamente siguiendo el recorrido de los meridianos.